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miércoles, 1 de enero de 2014

HISTORIA 1283-1714-2014

Ante el año que hoy da comienzo, y el simbolismo y 'problemática' del mismo, creo necesario hacer un breve resumen de una parte de la historia que no estudié en el colegio y que me he molestado en conocer no hace mucho.

La celebración del tricentenario de la derrota de 1714 y la eterna reivindicación catalana será motivo de titulares, acusaciones, falsedades y reivindicaciones, queramos o no, durante los 365 días de este recién nacido 2014.
Cataluña nunca fue un reino, de acuerdo; nunca fue denominada así, pero... ¿una simple palabra cambia una situación de hecho y un sentimiento?

La Corte Condal de Barcelona se formó durante el siglo XI, de acuerdo con el modelo de la curia real franca, a medida que los condes de Barcelona se consolidaban como príncipes soberanos.
Estaba integrada por magnates civiles y eclesiásticos, por altos consejeros y por jueces. Tenía un carácter mixto, como organismo colaborador en la toma de decisiones del soberano -Rey de la corona de Aragón-, tanto en los aspectos legislativos y fiscales como en el ejercicio de la potestad judicial.
De estas Cortes surgieron los primeros 'usatges' (que podría traducirse al castellano como usanzas, que son los usos y costumbres que forman la base de las constituciones catalanas), 'usanzas' que tomaron fuerza legal al ser compilados por Ramón Berenguer IV.
De la Corte Condal de Barcelona derivó la Corte General de Cataluña, la del Reino de Valencia y, más tarde, el Parlamento del reino de Cerdeña.

Las constituciones catalanas fueron aquellas normas promulgadas por los condes de Barcelona y aprobadas por las Cortes catalanas. Se diferenciaban de otras normas legales, como los «capítols de cort» (capítulos de corte) y los «actes de cort» (actos de corte) en que se promulgaban a iniciativa del conde y estaban sometidas a la aprobación de las Cortes, hecho sin precedentes en Europa. Tenían preeminencia sobre las demás normas legales y sólo podían ser revocadas por las propias Cortes catalanas. Como derecho pactado, no podían ser contradichas por decretos o edictos del rey.
Las primeras constituciones catalanas son de las Cortes de Barcelona de 1283. Las últimas fueron promulgadas por las Cortes catalanas de 1702. Las compilaciones de las Constituciones y otros Derechos de Cataluña siguieron la tradición romana del Códice. 

La primera compilación fue ordenada y ratificada por Fernando I de Aragón, llamado 'el católico', a sugerencia de las Cortes de Barcelona de 1413. Se divulgaron en la edición de 1495, junto con los Usatges de Barcelona.
Mas tarde vinieron las compilaciones acordadas en las cortes de 1585 y de 1702 que fueron publicadas divididas en tres volúmenes:
  • Constitucions i altres drets de Catalunya
  • Pragmàtiques i altres drets de Catalunya
  • Constitucions i altres drets de Catalunya superflus, contraris i corregits.
Así se funcionaba en el Reino de Aragón cuando llegó la Guerra de Sucesión Española y la lucha por el trono de España.
En Barcelona -en 1703-, los austracistas -partidarios del Archiduque Carlos de Austria, a los que se les llamaba 'aguiluchos', eran mayoría; mientras que los fieles a Felipe V eran muchos menos y se les llamaba 'butifleros'.
En 1704 las tropas de la Gran Alianza de La Haya, a favor de Felipe V,  lanzaron un desembarco aliado en Barcelona con la complicidad de un reducido número de aguiluchos barceloneses. Medio fracasada la intentona varios caudillos austracistas se exiliaron, y a fin de evitar nuevos desaguisados, el virrey Francisco de Velasco, fiel a Felipe V, lanzó una represión indiscriminada, hecho que incrementó el apoyo a los austracistas.
Al regreso de Felipe V a Madrid, la ciudad de Barcelona -que tenía el privilegio de nombrar embajadores propios- nombró a Pablo Ignacio Dalmases para denunciar ante el Rey en persona la actitud del virrey Velasco y buscar una solución al conflicto. Pero en 5 de febrero de 1705, nada más llegar a la corte de Madrid, el embajador fue detenido y encarcelado.
Tres meses después estallaba la revuelta en Cataluña y el 20 de junio de 1705 los caudillos austracistas catalanes firmaban el Pacto de Génova, una alianza militar entre Cataluña e Inglaterra en virtud de la cual Cataluña se comprometía a luchar por la causa del pretendiente al trono español, Carlos de Austria, con la ayuda militar de Inglaterra, y esta se comprometía a defender las Constituciones Catalanas fuera cual fuere el resultado de la guerra.

En octubre de 1705, las tropas del archiduque Carlos tomaron Barcelona y la Generalidad de Cataluña y los Consellers de Barcelona le aclamaron como a un libertador. Días más tarde, el archiduque de Austria era proclamado legítimo rey Carlos III de España, jurando respetar las Constituciones de Cataluña y convirtiendo a Barcelona en sede de su corte y baluarte austracista durante el resto de la guerra.

En abril de 1706 las tropas de Felipe V, con el mismo rey a la cabeza, llegaron a la ciudad e iniciaron el un sitio para reconquistarla. Después de bloqueada Barcelona, las tropas borbónicas empezaron las operaciones encaminadas a la conquista de la fortaleza de Montjuic, desde la cual una vez tomada, rendirían la ciudad. En 21 de abril las tropas de Felipe V ya habían tomado posiciones cerca de la fortaleza y comenzaron a hostigarla. El 8 de mayo llegó a la ciudad la flota inglesa bajo el comando del almirante John Leake, provocando el levantamiento del sitio y la caótica huida de las tropas borbónicas que dejaron abandonados en el campo delante de Barcelona a los heridos, los suministros y todo el tren de artillería.
El 29 de junio de 1707 Felipe V derogó los Fueros de Aragón  y los de Valencia, aboliendo sus instituciones de autogobierno y exonerando de sus cargos a los representantes políticos de dichos reinos.

Tras un fallido tratado de paz en 1709, las tropas austracistas lanzaron una nueva ofensiva para frenar el nuevo avance borbónico, que había llegado hasta Lérida. En 1710, tras un rápido avance, los ejércitos austracistas retomaron Zaragoza y llegaron nuevamente a Madrid. La posición era precaria ante la falta de apoyo en la zona, el acoso de las guerrillas y las noticias de la llegada de refuerzos borbónicos.

A finales de 1710 las tropas austracistas en retirada hacia Barcelona fueron derrotadas en sucesivas batallas. A principios de 1711 Felipe V entró en Zaragoza sin resistencia, mientras el ejército francés cruzaba la frontera para tomar Gerona. Conservando los austracistas únicamente parte de Cataluña en territorio peninsular, la posición militar era muy comprometida.

El 13 de julio de 1713 se firmó el Tratado de Utrecht entre Felipe V y la Gran Bretaña. Mediante este tratado Felipe V renunciaba al trono de Francia, entregaba a los ingleses el peñón de Gibraltar, el Rosellón, la isla de Menorca y también les concedía ventajas comerciales en América, a la vez que estos cedían ante las pretensiones de Felipe V, quien mediante el artículo 13º del Tratado de Utrecht se comprometía a amnistiar a los catalanes y a concederles los mismos derechos y privilegios que los habitantes de las dos Castillas.
Ante las noticias del Tratado y del abandono inglés, se convocó en Barcelona el 30 de junio de 1713 una 'Junta de Brazos' para deliberar si Cataluña debía someterse a Felipe V o proseguir la guerra en solitario. Se optó por lo segundo


El sitio de Barcelona fue una de las últimas operaciones militares de la Guerra de Sucesión española. Se produjo entre el 25 de julio de 1713 y el 11 de septiembre de 1714. El combate enfrentó a los defensores de Barcelona, formados por la coronela, el ejército movilizado por la Generalidad de Cataluña y partidarios del archiduque Carlos, con las tropas de Felipe V de España y sus aliados franceses.

Tras  la caída y derrota de Barcelona y el fin de la Guerra de Sucesión Española, el rey Felipe V suprimió la ordenación jurídica de los reinos de la Corona de Aragón mediante los Decretos de Nueva Planta. De esta forma, las Constituciones fueron derogadas y Cataluña perdió también sus derechos de autogobierno, como antes los habían perdido Aragón y Valencia; perdió la autonomía política, se cerró su universidad, se la sometió a las leyes de Castilla y se la prohibió usar el idioma catalán en la enseñanza y los documentos públicos.
Pese a eso, a partir de 1725, Barcelona empezó a recuperarse y de los 37.000 habitantes tras la conquista española de 1714, en 1791 ya contaba con 125.000. Con el aumento demográfico, floreció el comercio y la industria (en 1805 la industria textil de la ciudad contaba con 10.000 trabajadores), empezándose a conformar la ciudad moderna: construcción de la Barceloneta, urbanización de las Ramblas, creación de las academias de las Buenas Letras y la de Ciencias y Artes, construcción de los palacios de la Virreina y Moja, restablecimiento de la Universidad, etc. ¡Barcelona volvía a levantar la cabeza!

El resto ya lo sabemos.

NOTA: Por si alguno no sabía o recordaba de donde viene el lio que tenemos organizado, aquí queda este breve resumen.

5 comentarios:

Jordi dijo...

El que va passar fa 300 va passar, això, fa 300 anys; però no podem oblidar que aquí i a Espanya vivíem molt tranquils fins que Aznar va deixar de parlar català a la intimitat perquè va aconseguir la majoria absoluta. En aquell moment va començar el absolutisme del personatge, després van venir les seves campanyes anti Catalunya, les seves mentides, les seves recollides de signatures i els seus recursos davant el constitucional per articles que reconeixien al estatut valencià o andalús i no en el català. La ruptura d'avui no és conseqüència del que va passar fa 300 anys, la ruptura ha vingut propiciada pel PP i las sevas dues majories absolutes. La seu ranci espanyolisme i el menyspreu per tot el que no sigui castellà com ell.
Ells són els únics culpables i em sembla que suficient hem aguantat amb aquesta gentussa.

Ara ho tradueixo per què tothom ho pugui entendre i sapigan qui són els culpables de la situación actual.

TRADUCCION:

Lo que pasó hace 300 pasó, eso, hace 300 años; pero no podemos olvidar que aquí y en España vivíamos muy tranquilos hasta que Aznar, al conseguir la mayoría absoluta, dejó de "hablar catalán en la intimidad". Allí empezó el absolutismo del personaje, luego vinieron sus campañas anti Cataluña, sus mentiras, sus recogidas de firmas y sus recursos ante el constitucional por artículos que aceptaban y eran constitucionales en el estatuto valenciano o andaluz pero no en el catalán. La ruptura actual no es consecuencia de lo sucedido hace 300 años, la ruptura ha venido propiciada por el PP y sus dos mayorías absolutas. Su españolidad rancia y el desprecio por todo lo que no sea castellano como ellos.
Ellos son los únicos culpables y me parece que suficiente hemos aguantado de esta gentuza.

Marc Ferrus dijo...

Això passa per anar tocant els pebrots un dia sí i un altre també. No es pot anar fustigant a la gent, mentint i insultant... després la gent es cansa i els diem adéu, macos.
A veure qui els paga les autopistes sense cotxes ara! Perquè tard o d'hora el conte se'ls hi acaba. Això es un fet!

Juanfra dijo...

Un buen resumen pero, aunque no soy independentista, voy más por la vía federalista, lo que dicen Marc y Jordi está lleno de razón y es lo que nos ha llevado a esta situación en la que ninguno quiere dar su brazo a torcer o, como mínimo, está dispuesto a negociar. Sinceramente no sé como acabará el tema y me preocupa.

Juanfra dijo...

Perdonad que no escriba en catalán, cometo una faltas terribles. Soy de otra generación.

EL CRAC dijo...

¿Sabes Dovel, que yo como aragonés, no conocía así nuestra propia historia?
Me has picado y hoy mismo voy a ver si encuentro una historia del Reino de Aragón que no haya sido manipulada. Y luego ellos hablan de manipulaciones...

El blog te está quedando de PM, creo que ya te lo escribí un día.
Un abrazo,