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miércoles, 21 de mayo de 2014

LA TORRE A.F. DE PORTOLÁ

Seguimos en El Putxet. 
Justo detrás del parque del Turó de Putxet, en la calle Portolá esquina Espinoi se levanta una torre a la que denominan "A.F.". Cabe suponer que esas siglas  corresponden a las iniciales del antiguo propietario, ya que figuran en la verga de entrada, pero no he hallado ningún dato al respecto.

La apariencia actual es de abandono, con el exterior bastante deteriorado y aunque me han dicho que sí está habitada, nada más he podido sacar en claro. 

Según he leído, se trata de una casa de verano, como todas rodeada de jardines, que algún burgués catalán hizo construir a principios del siglo XX y su estilo es modernista. 
En Viquipedia datan  su construcción hacia "aprox. 1905", pero nada dice del arquitecto, ni del propietario, ni tampoco de su destino actual. Eso sí, está catalogada por el Ayuntamiento de Barcelona, lo que impide su demolición, como otras de la zona.


Lo único que he logrado averiguar es que el edificio consta de planta baja, dos pisos y un semisotáno obligado para salvar la pendiente pronunciada de la zona; eso llevó al arquitecto a construir una doble gran escalinata para acceder a la puerta principal, que dicen es la parte más llamativa y destacable de la edificación.

1970


Actualmente escondida tras verjas, cañas y tablones de madera es imposible ver en el estado que se encuentra ni las escalinatas ni la torre, de la que, desde la calle, solo se ve su torreta principal.

Nota: Si alguno tiene más información, agradecería me la facilitase. Gracias.

Fotos en B/N de: www.epdlp.com

Salón de música, a principios del siglo XX

martes, 20 de mayo de 2014

EL PUTXET I EL FARRÓ

El Putxet es una pequeña montaña, o colina, que se extiende entre Vallcarca y Sant Gervasi. Aunque hay noticias de la existencia de una capilla en el siglo XVII, los primeros vestigios de poblamiento se tienen que situar hacia 1870, cuando empezaron a construirse una serie de torres para la burguesía, que se trasladaba a causa de las condiciones urbanas que sufría la Barcelona de Ciutat Vella. Se trataba de uno de los tres barrios, junto con los de la Bonanova y Lledó, que integraban el término municipal de Sant Gervasi en 1879.

Durante muchos años fue fundamentalmente un barrio de veraneo, pero con el paso del tiempo y la llegada de los nuevos medios de transporte (tren de Sarrià en 1863, metro en 1924, tranvías, etc...) se convirtió en lugar de residencia habitual. 

Tal como iba pasando simultáneamente a Sarrià o La Salud, la colina se pobló de torres, algunas de ellas de estilo modernista como las que perviven en las calles Mulet, Puigreig o Ballester. En esta última, y en tramo que confluye con la Ronda General Mitre, 5 de ellas persisten casi tocando una a otra.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, sin embargo, muchas de éstos casas fueron sustituidas por bloques de pisos, aunque aún podemos encontrar muchas de aquellas casas señoriales y las más sencillas que correspondían al servicio. 

El barrio del Putxet recibe su nombre por el estar ubicado en la ladera de esa pequeña montaña, en cuya cima se encuentra el parque del mismo nombre creado en 1970 en terrenos cedidos por la familia Morató.

1900 - El Putxet visto desde la calle Balmes. (Creo que entonces la zona alta de esa calle era conocida por el "Turó de l'Infern").

1915 - La colina de El Putxet a la derecha.

1925

1934

2012

Actualmente a esta zona alta de Barcelona, perteneciente al distrito de Sarrià-Sant Gervasi se la denomina "El Putxet i El Farró". 
El Putxet al norte, y El Farró, al sur. La agrupación de estos dos barrios fue establecida el año 2007 a partir de la nueva distribución de barrios que aprobó el Ayuntamiento de Barcelona. Antes de eso eran dos y bien diferenciados.

La parte baja del barrio -El Farró-, por debajo de la Ronda del General Mitre, corresponde al vecindario estructurado verticalmente entorno a las calles de Zaragoza y de Vallirana, limitando con Balmes y Principe de Asturias y muriendo en la Via Augusta.

El Putxet i el Farró vieron rota su continuidad física por la apertura de la Ronda del General Mitre, que durante decenios -1970-2011- se convirtió en una barrera urbana casi infranqueable, tanto a pie como en coche. Desde la construcción de la denomida 'Ronda del Mitg' -ahora completamente reformada-, El Putxet se convirtió en un barrio aislado, casi inexpugnable, al que solo se podía acceder, en coche, cruzando General Mitre por Balmes y dando toda la vuelta hasta República Argentina o yendo hasta la Plaza Lesseps y girando después a la izquierda.


Calle Sant Felip
Calle Vallirana
Calle Ballester

El Putxet, un barrio bello y tranquilo, muy tranquilo pero algo distante, con calles angostas, algunas simplemente peatonales, con aceras estrechas, y, gracias a eso, con poca circulación; duras pendientes en su parte más alta, verjas y antiguos chalets o mansiones conviviendo al lado de casas de dos o tres pisos de último diseño, altura máxima permitida desde hace años en la zona. Eso es el Putxet. Un barrio sin ruido donde aún te despiertan los mirlos al amanecer, con muchos jardines y mucho aire puro. 
La desventaja nada bucólica: tienes que desplarte tres o cuatro calles para comprar una barra de pan o un paquete de tabaco, es decir hasta las calles Padua o Balmes. Algo malo tenía que tener...

lunes, 20 de enero de 2014

LA GRAN NEVADA DE 1962

Hoy, en un día gris y frío de invierno en el que no nevará, voy a recordar aquella gran nevada de 1962 que colapsó por completo a esta ciudad.

Comenzó a nevar durante la Misa del Gallo, y fue precisamente el día 25 de Diciembre, Día de Navidad, y nada más levantarnos cuando vimos los jardines del paseo Sant Joan y al Mossen Cinto cubiertos por un espeso manto blanco.

No lo recuerdo con grandes imágenes, supongo que me impactó porque supongo era la primera vez que veía la nieve; era aún pequeña y muchos recuerdos de esos años han desaparecido, pero mi madre ha contado una y otra vez que quisimos bajar al jardín, que nos abrigó en plan siberiano, nos puso las botas de agua sobre unos gruesos calcetines y... ¡a jugar!
Medio barrio estaba allí y por lo visto, mi hermano y yo, estuvimos tanto tiempo jugando con la nieve que cuando consiguió devolvernos al calor de casa, las botas de mi hermano estaban heladas y las tuvo que cortar con las tijeras de la cocina.

Ese día, como todos del día de Navidad, la familia de mi madre venía a comer; pero solo pudieron llegar mis tíos y mi abuela que vivían en General Sanjurgo, cerca de la calle Escorial; mis otras tías que vivían en la Avenida de Roma y en cerca del Hospital de Sant Pau no pudieron desplazarse. Dicen que Barcelona estuvo dos días sin luz, eso mi madre no lo recuerda y cree que en nuestro barrio no se fue la electricidad, puede... Lo que si recuerda, y yo también, es el tener que desplazarnos por debajo de los balcones porque la gente tiraba a paladas la nieve y el hielo depositado en los terrados, lo que más de un accidente provocó. 
Recuerda ese hecho, que siguió nevando durante dos o tres días -con una mínima de -3,6º y una máxima de -0,6º-  y el intenso frío que hizo durante más de una semana en esta casi siempre cálida ciudad.


Las Ramblas.

Plaza Gala Placidia

Calle Teodora Lamadrid (Sarrià-Sant Gervasi)

Arc de Triomf

Plaza Catalunya

Plaza España

Sagrada Familia

Balmes esquina Padua

Sant Andreu

Gran Via de Les Corts Catalanes

Carrer Aragó

Antes de ese año, y también años después, Barcelona ha sufrido varias nevadas, pero ninguna tan grande como la de 1962 y años antes la de 1914.

http://orgullosademiciudad.blogspot.com.es/2013/12/nevada-de-1914.html

jueves, 21 de noviembre de 2013

DOS JOYAS EN EL PUTXET

Las dos en la misma calle, la calle Ballester; separadas, una de la otra, por la calle Vallirana y una propiedad privada, que algo tiene que ver también con la familia Rocamora pero que no logro aclarar con detalle; dos joyas modernistas enclavadas en el Turó del Putxet.
 
Una en perfecto estado de conservación, abriéndose al público dos veces a la semana con visitas concertadas, y la otra cerrada a cal y canto y cayéndose a pedazos. Son la Casa Rocamora y la Casa Tosquella.
Dos de las muchas fincas y casas modernistas  que han sobrevivido pese a la especulación, a los okupas -terror del barrio y causantes del derribo de dos casas de esa misma calle- y conviven con las nuevas construcciones de máximo dos-tres pisos que se han llevado a cabo, durante los últimos años, en el Putxet.
Solo en los dos primeros tramos de Ballester, los que van de General Mitre a la calle Berna hay cuatro de ellas y todas con grandes jardines; tal como puede verse en la foto de Google-maps.

La Casa Rocamora
 
La Casa Rocamora es un palacete isabelino construido entre 1878-1880, que desde 1935 fue la residencia habitual de Manuel Rocamora.
A partir de los años 70 el edificio fue objeto de una profunda rehabilitación, y gracias a las últimas reformas efectuadas hace tan solo cinco años, en la actualidad ha recuperado todo su esplendor original. El jardín de la casa es un agradable rincón romántico con altas palmeras y un estanque central, un remando de paz al lado de la ruidosa Ronda General Mitre.
 
En él se ha instalado la Fundación Cultural Privada Rocamora, una entidad sin ánimo de lucro, creada en 1976 por Don Antonio Rocamora Pellicer, Marqués de Villamizar, a partir del legado de la colección de arte de su tío abuelo Manuel Rocamora Vidal. Esta Fundación alberga un patrimonio artístico variado, formado por más de veinte colecciones, entre las que destaca la de cerámica de Alcora, dibujo, pintura y escultura del siglo XIX y XX. Asimismo se exhibe de forma permanente, una gran parte de su fondo artístico, destacando especialmente, una sala dedicada al pintor Ramón Casas.
Gran parte de su mobiliario pertenece a los siglos XVIII y XIX, está distribuido entre las diferentes estancias junto con curiosas colecciones de reclamos publicitarios, mascarones de proa, naipes y autómatas. Se exponen además piezas tan singulares como la maqueta original en bronce del monumento a Cristóbal Colón de Barcelona, o el móvil de “Els Quatre Gats” realizado por Picasso para la taberna modernista por excelencia, que lleva su mismo nombre. La biblioteca se compone de cinco mil volúmenes que versan sobre materias tales como literatura, arte, música e historia.
 
Del otro lado de la calle Vallirana, a tan solo 50 metros, haciendo esquina con Ballester y llegando hasta la ronda General Mitre se encuentra la Casa Tosquella.
 
Esta casa modernista, singular donde las haya, es el producto de una reforma que efectuó el arquitecto  Eduard Mª Balcells i Buïgas en 1907. El edificio es un torre residencial, a tres vientos que consta de una planta, dos torreones y un gran semisótano, debido al desnivel del terreno, que da al amplio jardín.
Su estética es completamente modernista: arquitectura y arcos con toques arábigos, elementos curvilíneos, arcos, rejas y barandillas en hierro forjado,  vidrieras emplomadas y unas persianas de madera tallada que son, aún ahora en el estado que se encuentran, una maravilla de diseño y de trabajo artesanal.
 
Esta casa auténticamente modernista está declarada como "Monumento cultural de interés artístico provincial" y "Edificio modernista protegido por el Ayuntamiento de Barcelona", y a eso, en gran parte, se debe su abandono y deterioro actual.
 
La Casa Tosquella
 
Maria Dolors Castells i Tosquella tiene 81 años, es viuda y aún vive ahí, en la casa que la vio nacer y que construyó y remodeló su abuelo; pero no es la dueña, la propietaria es una sobrina ya que ella fue desheredada al evitar que la casa fuese vendida y derruida. La historia es digna de una novela.
 
Cuando se casó, negoció con su madre quedarse con la parte baja y pagar un alquiler. "Y menos mal, porque gracias a él puedo continuar aquí como inquilina", recuerda en una reciente entrevista a La Vanguardia.
Eran los años setenta, se estaba construyendo la ronda General Mitre: "Un constructor muy conocido nos prometió el oro y el moro por la finca con la condición de tirarla al suelo", explica. Ella lo pudo evitar. Aceleró el proceso, que por otro lado ya estaba en marcha, para que declarasen la casa monumento histórico-artístico de interés provincial. Lo hicieron el mismo día en que protegían el hospital Sant Pau y la editorial Montaner y Simón y, así, se impedía que el edificio fuese derribado. El resultado no se hizo esperar, fue desheredada por entorpecer y truncar el negocio familiar.

Al morir sus padres, sus dos hermanos heredaron la casa y desde hace diez años ha pasado a manos de una sobrina que no dedica ni un euro en mantener la propiedad y exige que lo haga el Ayuntamiento, que tampoco está por la labor por no ser de su propiedad. Y así vive esta anciana, que se niega a abandonar una propiedad que se va deteriorando día a día sin que nadie haga nada.
 
Por el barrio circula el rumor de que una gran empresa ha firmado una opción de compra sobre la finca y que cuando Maria Dolors fallezca, la finca será vendida y rehabilitada. Personalmente no me lo creo, la casa no necesita pocos arreglos, si no muchos y demasiado costosos. Un ejemplo, las escalinatas que subían a los dos torreones y al mirador (gran terraza superior), dicen, se han venido abajo, el resto se ve a simple vista.