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domingo, 12 de octubre de 2014

1821 - LA FIEBRE AMARILLA

"El 17 de julio de 1821, la prensa informaba de que el buque español El gran turco había perdido a varios de sus marineros durante la travesía; descargó mercancía en Málaga y fue a fondear en Barcelona, donde los calafates que subieron a hacerle reparaciones fueron rápidamente atacados por el virus y murieron poco después. 
El 3 de agosto, la Junta de Sanidad reconoció que se habían producido unos cuantos fallecimientos misteriosos en la Barceloneta. Oficialmente sólo había cuatro muertos, y otras 10 personas estaban en estado muy grave. Por aquel entonces, esta plaga era difícil de diagnosticar. Se sabía poco de ella y se confundía con males endémicos aquí, como el tifus y las calenturas de la ictericia. De hecho, el primer nombre que se le dio en Barcelona fue el de tifus o calentura amarilla.

A finales de agosto había 57 muertos y se abría un hospital en la Virreina, en Gracia. El 17 de septiembre se establecía un cordón sanitario, y se impedía la entrada o salida de la ciudad. Los tratamientos resultaban inútiles, mientras la facultad de Medicina se dividía entre los defensores de una epidemia contagiosa de origen tropical, y los que creían que no era contagiosa y se debía a la suciedad del puerto barcelonés. 

Recordatorio de 1870.

En octubre de 1821 ya se registraban 200 fallecimientos diarios. Montjuïc, Sants y Hostafrancs se llenaron de barracas, con supervivientes que habían huido de sus domicilios y vivían como indigentes. El contagio no remitió hasta finales de noviembre y la cuarentena aún se prolongó hasta el mes de diciembre de ese año. 
Durante ese corto espacio de tiempo se produjeron 6.244 víctimas, sobre una población de unos 100.000 habitantes. Deshabitó los barrios cercanos al mar e hizo que el cementerio de Poble Nou se llenase de tumbas. 

Fue tal el pánico que provocó, que vinieron comisiones científicas de todos los países de Europa, que forzaron a cambiar las leyes sanitarias españolas." (Artículo recordatorio publicado en "EL PAIS", el 20.8.11)

Nota: Os preguntaréis, ¿a qué viene esto?... Pues puede que a lo que está pasando en Madrid con el ébola, también "importado", y para recordar que las paranoias y obsesiones son muy dañinas, que la creencia de estar en posesión de la verdad absoluta es aún peor y que hacer el ridículo resulta demasiado fácil para algun@s. Esos 'algun@s' que presumen de lo que no saben ni podrán aprender nunca. Como decimos por aquí: "D'on no n'hi ha, no en raja". Una pena.

viernes, 26 de septiembre de 2014

ATROPELLO E INCENDIO

Corría la primavera de 1911 y los barceloneses pudientes, amantes de la velocidad y del olor a gasoil empezaban a recorrer las calles de la ciudad. Uno de ellos, embriagado de tanta modernidad y celeridad, no vio a un peatón que cruzaba Gran de Gracia y lo atropelló.

La multitud, que se hallaba paseando por cerca de los Jardinets de Gràcia, pilló tal grado de indignación que sacó del coche al célere conductor, volcaron el vehículo y lo prendieron fuego. 


¡Anda que aquellos barcelones se andaban con chiquitas!... Con la cantidad de cosas, y no precisamente coches, que -ahora- tendríamos que volcar; pero como nos hemos "civilizado"... ¡Así nos va!

1894-1905 - Gran de Gracia y el aumento de circulación.

¡Con lo felices y tranquilos que vivían ellos, en 1894, cuando por Gran de Gracia solo circulaba el tranvía arrastrado por caballos y cuatro carromatos! Cosas de la modernidad y del cambio de siglo...

viernes, 19 de septiembre de 2014

ATERRIZAJE EN LAS RAMBLAS

El 29 de septiembre de 1934 -pronto hará 80 años-, poco después de las tres de la tarde, uno de los aviones o avionetas militares que sobrevolaban Barcelona sufrío un avería en el tanque de combustible y se le paró el motor.
El piloto, para evitar estrellarse contra la multitud que como siempre se hallaba en la plaza Catalunya, intentó -sin suerte- llegar hasta el puerto para realizar allí un aterrizaje forzoso pero no lo consiguió y cayó en plena Rambla de Santa Mónica, frente al Teatro Principal.


Los transeúntes fueron raudos y veloces a socorrer a los dos tripulantes, que resultaron gravemente heridos. Tras rescatarlos, la avioneta dicen que se incendió; en las fotos no parece que fuese así.

En el aparatoso accidente también resultó herido un transeúnte al que le rozó, al caer, el ala del avión. 

Nota al margen: (Si no lo escribo, reviento).
¡Qué envidia sana me dió ver ayer la democracia inglesa y la alegría con la que los votantes escoceses acudían a las urnas! Ha ganado, por un diez por  ciento, el NO; pero ambos países han dado una clase de DEMOCRACIA a algunos que, en esta cuestión y en otras, andan aún en pañales y son amantes de esconderse tras constituciones o plasmas. Felicidades.

domingo, 30 de marzo de 2014

LA NEVADA DE 1914 -II-

En plena reforma de la Via Laietana, exactamente el día 15 de Enero 1914, cayó una gran nevada sobre Barcelona, que en el Eixample alcanzó los 24 cm. de nieve y en la zona alta, Sarrià, Sant Gervasi y Horta, superó los 30 cm.
(Foto de la izquierda: Cruce de Diagonal con Córcega.)

Los primeros días de ese mes de Enero fueron los más frios, hasta la época, de la historia de la ciudad. Un frente procedente de Siberia cubrió toda Catalunya.
Entre los días 1 y 9 la temperatura media diurna fue de 2ºC y algunas mínimas nocturnas llegaron hasta los -4,3ºC.
El día 14 también fue frío pero nada hacía presagiar la gran nevada que se produciría durante la noche del 14 al 15.

La crònica meteorològica de ‘La Vanguardia’ del dia 16 lo describía de la siguiente forma: 

“Amaneció ayer con copiosísima nevada que blanqueó toda la ciudad, el llano y la montaña. Puede decirse que toda Cataluña está cubierta por la nívea sábana, desde el Pirineo al litoral, desde el Ebro a Cabo de Creus. La nieve ha alcanzado en esta capital, por término medio, 24 centímetros de espesor, cantidad pocas veces vista aquí, donde los nevascos apenas toman asiento. Los copos continuaron deslizándose durante el curso de la mañana, con viento flojo del NNO, mar tranquila y temple glacial. Después del mediodía el viento se llamó al ENE, arrumbando las nubes y apareciendo sol decaído entre claros, transcurriendo la tarde sin otras variaciones atmosféricas. Anocheció con frío intensísimo y horizontes aturbonados”.

Plaça Universitat

Las Ramblas

Paseo de Gràcia

sábado, 22 de marzo de 2014

NEVADAS FINALES S.XIX

Siempre había oído decir que la nevada de 1962 había sido la más importante de la historia de esta ciudad y aunque las nevadas no son habituales en Barcelona, hemos tenido -al menos en los últimos dos siglos- una buena cantidad y más importantes, al menos por como estaba equipada la ciudad, que la famosa de 1962.

Hoy voy a centrarme en las tres últimas del Siglo XIX: 1883, 1887 y 1899, basadas en la hemeroteca de La Vanguardia.

La Vanguardia del día 9 de Marzo de 1883 nos relataba:

"Según pueden ver nuestros lectores, esta última noche ha llegado el termómetro centígrado a 3'4 grados bajo cero y esta mañana, a las ocho y media, a 3'7 bajo cero. 
Este descenso de temperatura es inusitado en esta capital, máxime en pleno marzo, ó sea cuando solo faltan 12 días para estar en la primavera.
Volviendo al nevazco, hemos de manifestar que es copiosísimo, tal, como apenas hay recuerdo de otro igual en Barcelona. El Paseo de Gracia está blanco en los puntos donde no hay tránsito: los terrenos ganados al mar también están cubiertos por la nieve. Produce fantástico efecto, mayormente en Barcelona por falta de costumbre en presenciarlo, el espectáculo que ofrece la caída de los copos de nieve y los paraguas que en un momento quedan blancos. Los árboles, especialmente los del Ensanche y Rambla, tienen en sus ramas gran cantidad de nieve.
En los alrededores de esta capital el nevazco es aún más copioso, quedando envuelta Barcelona por la parte de tierra por una inmensa sábana blanca. A veces es tan abundante la nieve que cae que no permite distinguir los objetos á pocos pasos de distancia. En los terrados y tejados se ha formado una gruesa capa de nieve. Los tranvías y coches, especialmente los que prestan su servicio desde esta capital á Gracia, tienen una espesa capa blanca. Lo propio ofrecen los kioskos, faroles, sumideros de la plaza del Teatro y los toldillos y arboladura de los buques surtos en este puerto. En suma, repetimos que no hay precedente de que en esta capital haya tenido lugar en marzo un nevazco tan copioso y la temperatura haya estado tan baja."



La Vanguardia del 10 de Febrero de 1887 nos explicaba así el panorama al día siguiente de la nevada:

“Esto no es Barcelona, sino Siberia.El frío y la nieve lo invaden todo y nos envuelven y aprisionan en una atmósfera que hiela.Indudablemente los nacidos no recuerdan otra nevada semejante en la condal ciudad.La nevada del 9 de marzo de 1883, que nos parecía la más fenomenal de las que podían tener lugar en Barcelona, queda reducida á un conato, comparándola con la actual. La del 1854 tampoco alcanzó los honores de esta de 1887.
Los edificios están decorados con cenefas blancas, coronándolos asimismo gran cantidad de nieve. En un terrado la hemos medido esta mañana y tenía más de tres palmos de espesor. ¡Qué frío!
Se ha paralizado todo el movimiento de esta industriosa ciudad; no circulan tranvías, ni coches, ni carros. El puerto está hoy desierto y tranquilo como si el día fuese festivo. Por las calles solo transitan los curiosos y los que, como nosotros, pobres periodistas, no podemos quedarnos en casa. También algunos, por amor al arte, contemplan el espectáculo que ofrece la naturaleza. En el Parque hemos visto algunos artistas que tiritando de frío y desafiando las inclemencias del tiempo, sacaban preciosas vistas de la nevada. En las plazas-mercados hay pocas vendedoras, escaseando la hortaliza."


En Enero de 1899, una depresión en el golfo de Génova introdujo una gran inestabilidad provocando una intensa nevada en el litoral y el prelitoral de Barcelona el día 27 de Enero y así nos lo contaba La Vanguardia del 28 de Enero:

"Como anticipamos en nuestra anterior edición, el día de ayer amaneció ofreciendo un espectáculo sorprendente por lo pintoresco y pocas veces visto en esta capital, donde el clima está reñido con la nieve y ésta sólo por excepción se avecina en el llano de Barcelona alguna vez durante el curso de algunos años.
Conforme díjimos ayer, la llovizna que despidieron las nubes á última hora de la madrugada, convirtióse en copos de alba nieve que se poso en gran cantidad en los tejados y cubiertas de los edificios, en el firme de las calles, estendiendo su blanca sábana por todas partes y cubriendo con niveo manto los árboles de los paseos y jardines.
Todo apareció transformado por arte de encantamiento: el Tibidabo, Montjuich, San Pedro Mártir, toda la vecina cordillera semejaba una calva de blancura rosácea, como si quisieran evidenciar por breve rato, la edad senil, la vejez de aquellas moles que en forma de anfiteatro delimitan el llano barcelonés; en los jardines del Parque, en el arbolado de los paseos, en los monumentos emplazados en las vías públicas, la nieve se entretuvo formando los más caprichosos dibujos, ora queriendo moldear los motivos ornamentales, ya disfrazando las estatuas y esculturas, bien imitando estalactitas que se desprendían á millares de las ramas de los árboles, ó cubriendo las plantas y arbustos de cristalinas redes, formando en conjunto un panorama encantador que atrajo multitud de curiosos."

lunes, 20 de enero de 2014

LA GRAN NEVADA DE 1962

Hoy, en un día gris y frío de invierno en el que no nevará, voy a recordar aquella gran nevada de 1962 que colapsó por completo a esta ciudad.

Comenzó a nevar durante la Misa del Gallo, y fue precisamente el día 25 de Diciembre, Día de Navidad, y nada más levantarnos cuando vimos los jardines del paseo Sant Joan y al Mossen Cinto cubiertos por un espeso manto blanco.

No lo recuerdo con grandes imágenes, supongo que me impactó porque supongo era la primera vez que veía la nieve; era aún pequeña y muchos recuerdos de esos años han desaparecido, pero mi madre ha contado una y otra vez que quisimos bajar al jardín, que nos abrigó en plan siberiano, nos puso las botas de agua sobre unos gruesos calcetines y... ¡a jugar!
Medio barrio estaba allí y por lo visto, mi hermano y yo, estuvimos tanto tiempo jugando con la nieve que cuando consiguió devolvernos al calor de casa, las botas de mi hermano estaban heladas y las tuvo que cortar con las tijeras de la cocina.

Ese día, como todos del día de Navidad, la familia de mi madre venía a comer; pero solo pudieron llegar mis tíos y mi abuela que vivían en General Sanjurgo, cerca de la calle Escorial; mis otras tías que vivían en la Avenida de Roma y en cerca del Hospital de Sant Pau no pudieron desplazarse. Dicen que Barcelona estuvo dos días sin luz, eso mi madre no lo recuerda y cree que en nuestro barrio no se fue la electricidad, puede... Lo que si recuerda, y yo también, es el tener que desplazarnos por debajo de los balcones porque la gente tiraba a paladas la nieve y el hielo depositado en los terrados, lo que más de un accidente provocó. 
Recuerda ese hecho, que siguió nevando durante dos o tres días -con una mínima de -3,6º y una máxima de -0,6º-  y el intenso frío que hizo durante más de una semana en esta casi siempre cálida ciudad.


Las Ramblas.

Plaza Gala Placidia

Calle Teodora Lamadrid (Sarrià-Sant Gervasi)

Arc de Triomf

Plaza Catalunya

Plaza España

Sagrada Familia

Balmes esquina Padua

Sant Andreu

Gran Via de Les Corts Catalanes

Carrer Aragó

Antes de ese año, y también años después, Barcelona ha sufrido varias nevadas, pero ninguna tan grande como la de 1962 y años antes la de 1914.

http://orgullosademiciudad.blogspot.com.es/2013/12/nevada-de-1914.html

viernes, 6 de diciembre de 2013

LA GRAN NEVADA DE 1914

Barcelona, cuyo cálido clima mediterráneo no acostumbra a marcar temperaturas demasiado bajas, ha sufrido varias nevadas importantes. Siempre se habla de la de 1962, pero hubieron anteriores y también posteriores, aunque de menor intensidad, por ejemplo la de 1914.

El año 1914, Barcelona era ya una ciudad de 600.000 habitantes, muy activa a la que solo le faltaba la anexión de Sarriá (1921) para tener las dimensiones actuales. A lo largo del año, la ciudad estuvo bastante convulsa por los movimientos obreros y un catalanismo cada vez más luchador.
La lucha por unas reivindicaciones sociales y laborales que hoy nos parecen obvias, aunque 100 años después el gobierno actual se las esté cargando, estaban a la orden del día. También en ese año de 1914 nació la Mancomunitat que quería recuperar las Cortes Catalanas abolidas exactamente 200 años antes. (¿No es suena todo como muy actual?...)

Pese a los 'calentitos' movimientos sociales y reivindicaciones, ese año dio comienzo con un frío mes de Enero que ha quedado, para la historia meteorológica de Barcelona, como uno de los destacados, debido a la intensa nevada que cayó y al frío que se vivió. Ese Enero de 1914 ha sido el más frío de la serie, seguido por el de 1945 y el más reciente de 1985.
 
Así lo describía un periodista de 'La Vanguardia': “Amaneció ayer despejado con hielo y escarcha por doquier, mantenido constantemente por el soplo glacial del NE. Después apareció el sol que no pudo caldear la atmósfera, continuando todo el día con temple crudísimo y mar picada. Anocheció lo mismo. Las nieves son generales, habiéndose dado el caso ayer de que los vapores correos de Mallorca recalaran en el puerto con las cubiertas y palos blanqueados, convertidos en neveras. Esta noche el Observatorio Fabra ha registrado -4,5ºC.”
 
Plaza Catalunya
 
Vía Laietana
 
Parc de la Ciutadella
 
Al igual que en 1962, los esquiadores barceloneses sacaron sus esquís para descender por Balmes, Muntaner y el Paseo de Gracia; los de 1914 -mucho más profesionales- se fueron  a disputar una carrera en la Carretera de la Rabassada, organizada por el Centro excursionista de Catalunya.