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miércoles, 23 de abril de 2014

LA VISITA DE BUFALO BILL

En las Navidades de 1889, exactamente del 18 de Diciembre, el último mito del lejano oeste, William "Buffalo Bill" Cody,  llegaba a Barcelona -única parada española de su gira europea- para quedarse durante cinco semanas y generando gran expectación entre los barceloneses.

Ese día atracó en el puerto de Barcelona el vapor "Palma" procedente de Marsella, donde viajaban el famoso Buffalo Bill y toda su troupe de actores y trabajadores, cerca de cuatrocientas personas, caballos, búfalos y demás personajes del viejo Oeste que integraban su show.

"De elevada estatura, musculatura de acero, mirada franca, rostro bondadoso, cabellera larga flotando sobre sus espaldas, gracioso, esbelto y elegante". Así lo describía "La Ilustración Artística" la Nochevieja de 1889.
No era para menos: el último mito del lejano oeste, el valiente coronel e intrépido explorador capaz de cazar miles de bisontes para dar de comer a los trabajadores del ferrocarril, llegaba a Barcelona  para exhibir las habilidades que le habían convertido en una leyenda a ambos lados del Atlántico.

Toda la parafernalia del circo o del espectáculo se instaló en la confluencia de las calles Aribau, Córcega y Rosellón, muy cerca del Paseo de Gràcia, y el asiento en primera línea podía llegar a costar hasta 5 pesetas, todo un lujo para finales del siglo XIX.

El primer día de show, el 20 de diciembre, La Vanguardia detallaba en qué consistía un espectáculo que se dividía en tres partes: presentación de las costumbres del Oeste, demostración montando a caballo y ejercicios de tiro.

El primer acto del espectáculo consistía en un desfile compuesto por integrantes de diferentes etnias con especial predilección por los caballos; indios, mongoles, turcos, gauchos, árabes, cosacos, etc., ataviados con sus más típicos y coloridos ropajes. Estos portentosos jinetes impresionaban al público asistente con sus cabriolas, peripecias y carreras.
El espectáculo tenía como colofón una dramática representación de la batalla de Little Big Horn, donde el general Custer fue derrotado por los sioux, con el mismísimo Buffalo Bill interpretando el papel de general.

Muchos personajes reales de la época, y que han pasado a formar parte de la leyenda del Viejo Oeste, formaron parte del espectáculo, el jefe sioux Tatanka Iyotake (Toro Sentado), Annie Oakley y su marido Frank Butler que realizaban una exhibición de tiro, Calamity Jane, conocida aquí como "Juanita Calamidad" o "Wild Bill Hickok".

Cartel promocional del acontecimiento.

Tienda india instalada en los descampados de la calle Aribau.

Gran desfile inaugural.

Pero como algunos ya habían augurado, Buffalo Bill no tuvo el éxito esperado, en parte por el elevado coste de la entrada. Eso sí, impresionó y mucho.
Tras cinco semanas en la ciudad, el coronel Cody y sus rostros pálidos partieron hacia nuevo destino. Más tarde se dijo que no se fueron todos los que habían venido, aunque este extremo no se ha podido confirmar. Dicen que el barco que llevaba a la compañía a Nápoles registró varias bajas: algunos de los miembros tuvieron que ser ingresados en el hospital de la Santa Creu aquejados de viruela y el coronel Reichmond, otro componente del circo, falleció a principios de enero en la ciudad por causas naturales.

Así fue el paso del circo de Buffalo Bill por Barcelona que dejó leyendas tan infundadas como raptos de niños a manos de los indios, algunos dijeron que hasta se los comían, o supuestos disturbios y tiroteos en un burdel del Raval llevados a cabo por el mismísimo Buffalo Bill.

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Y...


Desde mediados del siglo XV, el 23 de abril se celebra cada año en Catalunya la Diada de Sant Jordi. Sant Jordi, es patrón de Cataluña desde el año 1094 y es el héroe protector que venció al dragón y salvó a la princesa, símbolo de la victoria del bien sobre el mal.
A lo largo de los años, se ha consolidado como una fiesta tradicional y emotiva en la cual las parejas y las familias se intercambian una rosa y un libro. 
Sant Jordi es una fiesta popular que exalta unos valores tan humanos como son el amor, la cultura y el patriotismo; una fiesta de participación popular con unas características probablemente únicas en el mundo, entre otras, porque es un "día festivo" que los catalanes celebramos trabajando pero reservando tiempo para comprar el libro, la rosa y chafardear las novedades editoriales. 

domingo, 2 de febrero de 2014

EL MEJOR CONCIERTO

No podemos hablar de Barcelona, como de otras muchas y grandes ciudades, sin recordar los grandes conciertos que se celebran en ellas. Conciertos que marcan un hito en la historia de la ciudad. 

El 1 de julio de 1965 The Beatles llegaron a España para dar dos conciertos, uno el día 2 y otro el 3 en Madrid y Barcelona, respectivamente. Es fue la primera y única vez que los “Cuatro Fabulosos de Liverpool” pisaban suelo español.

El concierto más célebre de todos cuantos se han celebrado en la Monumental de Barcelona fue el ofrecido por el conjunto inglés el 3 de julio de 1965. Aquel histórico acontecimiento musical, el único ofrecido por los Beatles en Barcelona, sigue considerándose -casi 50 años después- el primer y mejor evento musical de primer orden que tuvo lugar en esta ciudad.

Como mandaban los cánones y la dictadura de la época, el régimen franquista intentó boicotear la visita de los Beatles hasta el último momento. 
Paco Bermúdez lo tenía todo preparado, pero el permiso del ministro de Gobernación no llegaba y que se concedió con sólo siete días de antelación; mientras tanto las entradas y carteles estuvieron embargados. Finalmente, las autoridades cedieron por pura conveniencia para evitar un conflicto diplomático con Gran Bretaña ya que la reina Isabel II había propuesto al Cuarteto de Liverpool como Caballeros de la Orden del Imperio Británico, condecoración que recibieron el 26 de octubre de 1965.


A él asistieron 25.000 personas entre las que no me pude contar ya que pese a ser ya fan y tener mi habitación llena de poster de mis ídolos, era aún una cría y mis padres se negaron a llevarme porque, además de no gustarles los 'berridos' de aquellos 'peludos', con las pintas que llevaban no podían ser buena gente, como se machacó desde el gobierno franquista.



La prensa española del régimen, en un tono más allá de los límites de la estupidez y la ignorancia, tachó de fracaso ambos conciertos. 
Los directivos del NO-DO prohibieron a Pedro Costa y a Francesc Betriu montar el documental para poder manipularlo a justo. Mas de un mes más tarde, se procedió a hacer un montaje de menos de dos minutos que se exhibió en medio de otros reportajes en el noticiario cinematográfico nº1175B y en el que se desvirtuaba el acontecimiento y se tachaba de rotundo fracaso. 
Jamás hubo tal fracaso, el único fracaso sucedido fue el de un régimen que empezaba a caminar hacia su fin, aunque aún nos tocase sufrirlo 10 años más.

sábado, 14 de diciembre de 2013

LE CORBUSIER Y GAUDI

A principios de los años 50, Le Corbusier vino a visitar Barcelona y lógicamente se acercó a visitar la Sagrada Familia, cuyas obras estaban casi paralizadas.
 
Le Corbusier, ingeniero, diseñador y pintor suizo nacionalizado francés, estaba y está considerado como uno de los más claros exponentes del Movimiento Moderno en la arquitectura y, como tal, rechazaba y menospreciaba el modernismo. Cuando vio la iglesia, se quedó horrorizado y así lo demostró.
 
La Sagrada Familia constaba entonces con una sola fachada, la del Nacimiento, y estaba rodeada de campos, cabras y malas hierbas. No olvidemos que hasta 1955, el ayuntamiento no prohibió que pastasen las cabras en los campos despoblados que existían en la ciudad.
 
Como decíamos, a Le Corbusier, que era todo lo contrario a Gaudí, no le gustó la obra arquitectónica, la encontró sobrecargada y terriblemente barroca pero sin embargo se fijó en un pequeño y modesto edificio de al lado, cerrado y con apariencia de abandonado. Preguntó qué era aquello y le explicaron que aquella sencilla construcción eran las escuelas de la Sagrada Familia, construidas por Gaudí en 1909 y a donde iban a clase los hijos de los obreros que trabajan en la construcción del templo.
Le Corbusier las admiró y elogió sus líneas sencillas y curvas. Quedó impresionado por aquel sencillo edificio de líneas tan puras como funcionales y en su cabeza chocaron dos mundos: el modernismo y el moderno. Le Corbusier tomó buena nota. Las escuelas le encantaban, la Sagrada Familia no.
 
1909
 
2012
 
Esas 'casitas' que tanto le impactaron al arquitecto moderno francés fueron derruidas en 1970 y reconstruidas del otro lado del templo en 1990. Desde entonces acogen los lavabos de los turistas que visitan el templo y mantiene una de las dependencias recreando lo que fueron las antiguas escuelas. 
Triste destino final de una obra que marcó tanto a Le Corbusier, ya que tras verlas y de regreso a Francia, construyó este edificio y puede que sean imaginaciones mías, pero... ¿existe o no cierta inspiración en la esencia y aire de las escuelas de Gaudí?...

lunes, 4 de noviembre de 2013

TRISTE RECUERDO NAZI

El mismo día que Hitler y Franco se entrevistaban en Hendaya, 23 de octubre de 1940, el Reichführer Heinrich Himmler llegó a Barcelona.
 
Tras ser recibido 'gloriosamente' y con todos los honores en el aeropuerto de El Prat por lindas chicas de la "Sección Femenina de Falange" y jovencitos hitlerianos, de montar su numerito fascista en el Pueblo Español, violar con su presencia el antes Parlamento catalán y darse una vuelta por la Universidad,  Himmler almorzó en el Restaurante "7 Puertas".
Tras el almuerzo, se fue a la abadía de Montserrat acompañado por un séquito de rubios alemanes de las SS y por algunas autoridades, tan fascistas como él, de la ciudad.
 
¿A qué fue a Montserrat?... ¿Qué interés había suscitado la abadía de Montserrat en alguien que se declaraba anticristiano y que pasaba por ser un enconado perseguidor de la Iglesia Católica?...
 
Pues siete décadas después hemos sabido que Himmler fue a Montserrat en busca de un infalible talismán que le hiciera ganar la guerra y que le otorgara poderes sobrenaturales. El nombre de ese talismán lo pronunció sin balbuceos al atravesar la biblioteca del cenobio: el Santo Grial.
Por supuesto, Heinrich Himmler, aprendiz de brujo, gurú de Hitler, fundador de una nueva religión con derivaciones esotéricas, nada pudo llevarse en su visita. La abadía de Montserrat no era depositaria del Santo Grial, ni de documento alguno que sirviera para dar con él. De modo que, como Hitler, aquel aciago 23 de octubre de 1940, Himmler regresó a Alemania como había venido.
 
¿Estaba zumbado o no, aquel tarado y asesino de masas?... ¿Y la parejita de Hendaya, qué?...
 
El Parlament de Catalunya, aunque entonces hubiese dejado de serlo, manchado e insultado con las banderas nazis.
Himmler y su séquito nazi entrado en la Abadía de Montserrat
 
Nota:
La etiqueta 'visitas especiales' no significa que tenga la visita como positiva y de la que sentirme orgullosa por mi ciudad; en este caso, y especialmente, es todo lo contrario.
Lo he pensado pero abrir una etiqueta como 'inmundicias' me parecía poco elegante.