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miércoles, 2 de julio de 2014

INDUSTRIA BÉLICA CATALANA 1936-1939


Durante la fatídica y vergonzosa Guerra Civil -que sumió a este país en un retroceso que ahora volvemos a padecer gracias a los hijos de esos golpistas-; Cataluña, que respecto al resto del estado estaba fuertemente industrializada, tuvo que prácticamente reconvertir toda su industria química y sidero-metalúrgica hacia el sector bélico.

Esa adaptación a la guerra se tuvo que realizar rápidamente, con recursos exclusivamente autóctonos, que fueron puestos en funcionamiento a toda velocidad. 
En los primeros meses del conflicto, un total 229 centros de trabajo de esta industria y 55.692 trabajadores se pusieron a fabricar material bélico.

Para suplir las carencias más destacadas de esa rápida adaptación, la Generalitat tuvo que rehabilitar viejas instalaciones y construir otras de nueva planta con su propia financiación. Así se levantaron otros quince centros productivos cuyos resultados dieron tantos éxitos como fracasos; fracasos debidos a uno de los problemas más agudos que padecía la industria bélica catalana que no era otro que la poca disponibilidad de especialistas y personal cualificado en cualquiera en estas áreas de trabajo

Pese a estos inconvenientes, la creación de la industria bélica generó una red fabril estructurada e integrada, dirigida por la Comisión de Industrias de Guerra (CIG) -cuyo presidente fue Josep Tarradellas-, que producía al máximo de sus posibilidades.

A la vista de estos dos diseños de blindados, no me atrevo a catalogarlos como éxitos o como fracasos. Alguno de vosotros me lo dirá.

1 comentario:

Maurici dijo...

Si semblen de cartró pedra, però van servir per fer desaparèixer molts feixistes, encara que no els suficients. Una llàstima.