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domingo, 27 de abril de 2014

ANTIGUOS COLMADOS DE BARRIO


El pequeño comercio familiar tiene una gran importancia dentro del tejido económico y social de Cataluña ya que, tradicionalmente, se ha erigido como un elemento vertebrador de la vida cotidiana de pueblos y ciudades, aunque durante los últimos años la fuerte competencia con grandes superficies y cadenas alimentarias hayan hecho desaparecer a la gran mayoría de ellos.

De todos los establecimientos de proximidad -comercios de barrio-, los vinculados con la alimentación son mayoritarios. Algunos, además, acumulan una larga trayectoria y cuentan con 100 años de existencia. 
Esos, a menudo, comercios de origen humilde y familiar, nacidos de la menestralía, han añadido el mérito de haberse sabido adaptar al paso del tiempo a pesar de los cambios de hábitos y las transformaciones urbanas. Ellos son testimonios vivos de gran valor histórico, hecho que los convierte en parte fundamental del patrimonio histórico de esta ciudad.

1889 - Colmado Vergés en el Eixample

1903 - Colmado en la calle Diputación.

1920 -Colmado Perez en la calle Roger de Llùria.

1925 - Colmado Cortacans en la calle Craywinckel. (Creo que aún existe)

1940 - Colmado Lasierra en la calle Rosellón.

1950 - Interior de un colmado de la época.

1953 - Colmado Vidal en la calle Unió.

Los establecimientos más vinculados a la tradición comercial catalana son los colmados, también llamados coloniales o ultramarinos. Tiendas especializadas en los productos de importación, exóticos y de todas las procedencias. 
Como he dicho no se conservan muchos pero en Barcelona aún podemos disfrutar de Can Ravell; la Graneria Sala, especializada en legumbres en la Travessera de Gràcia desde 1885; Queviures Serra, en 1900 La Sierra, en la calle Rosellón; La Italiana Rivali, dedicada a la pasta y los productos italianos desde 1904; Casa Gispert, única en Europa por conservar y mantener en funcionamiento un horno de leña para tostar fruta seca; y, sobre todo, el Colmado Quílez, en su céntrica y célebre esquina de la Rambla Cataluña, y el Colmado Múrria, con los carteles de Ramon Casas en la fachada, son todavía hoy sinónimo de calidad y experiencia acumulada.
2012 - Colmado "Serra", antiguo Lasierra.

Fuera de la capital vale la pena destacar a La Confiança, en Mataró, uno de los más valiosos proyectado por Puig i Cadafalch en el año 1894 y que mantiene su decoración modernista intacta. Can Moriscot es la referencia en Girona como lo es el colmado Antiga Vilanova de la calle Argenters en Vic.

1 comentario:

Montse Llacer dijo...

Genial el artículo. No se si a ti te pasa, pero además del encanto que tienen, hay ese recuerdo olfativo. Esposa olores, mezclando el fuerte del queso, el intenso del vino, el especiado del azafrán y otras especias. Para mi son un mundo mágico.