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miércoles, 19 de febrero de 2014

COLMADOS CON HISTORIA


Justo en la esquina de Rambla Catalunya con Aragón se encuentra uno de los mejores colmados de la ciudad. Se trata del Colmado Quilez que ofrece una gran cantidad de productos innumerables. De su propia marca ofrecen caviar iraní, foi gras, café, bombones, aceites, azafrán, cava y bonito además de unas 300 marcas de cerveza de todos los lugares del mundo y vinos de más de cien denominaciones de origen diferentes.
El establecimiento se fundó en 1908 y empezó como una confitería que con el tiempo se convirtió en colmado, ahora puede desaparecer. 

"No hay nada que hacer. No quieren negociar", con estas palabras Carlos Lafuente, propietario del histórico Colmado Quílez describe la situación en la que se encuentra el negocio. 
Como otros a lo largo de este año bajarán sus persianas, aún no tienen fecha, a causa de la entrada en vigor de la ley de Arrendamientos Urbanos que los obliga a renegociar un alquiler a precio de mercado. Ya se sabe: un local en la confluencia entre la Rambla Catalunya y la calle Aragó no tiene precio o sí que lo tiene: de los 3.000 euros actuales a los 24.000 euros que les piden.
Lafuente también está preocupado por los 15 empleados que trabajan allí, algunos de ellos llevan más de 40 años y se han convertido en toda una institución, ofreciendo un servicio personalizado, una prestación en peligro de extinción en la ciudad.

1934


1990

2013

La historia de Quílez está ligada a otro colmado histórico de la ciudad, el Colmado Múrria. Este, aún más antiguo, está sito en la derecha del ensanche, concretamente en la calle Roger de Llúria esquina calle Valencia. Fue abierto en 1898 y sobre el que también pesa la amenaza de la renovación del contrato de arrendamiento, aunque según explica su propietario, Joan Múrria, con mejores perspectivas. 
Juan Múrria -padre- se hizo cargo del negocio familiar en 1940, en una Barcelona de posguerra donde escaseaban muchos productos de alimentación. En poco tiempo se convirtió en uno de los mejores establecimientos de la ciudad. Allí se podía encontrar de todo. Ahora es su hijo quien lo regenta.

1930


2013

El cierre de comercios históricos -en Barcelona hay 108 de principios de Siglo XIX y 164 establecimientos destacados de más de 50 años- amenaza con convertirse en una epidemia. 

El presidente de la Fundació Barcelona Comerç, Vicenç Gasca, explica que no hay datos oficiales sobre cuántos comercios deberán renegociar sus contratos a lo largo de este año en el que acaba la moratoria de 20 años que impuso la ley de arrendamientos urbanos (LAU) aprobada en 1994. 
Los negocios más afectados son aquellos que se sitúan en los cascos históricos de los distritos. Gasca calcula que entre un 10 y un 12% de las tiendas de la ciudad pueden estar afectadas por la ley de arrendamientos urbanos.

1 comentario:

Jordi dijo...

En Murria és tot un personatge i té les millors llaunes d'anxoves de l'Escala, entre altres delicatessen.