Catalunya siempre ha sido tierra de emprendedores, de pequeños, medianos y algunos grandes empresarios; aquí el más pintado tiene, o tenía, "la seva botigueta" o empresita montada. Esos pequeños y medianos industriales son los que realmente han mantenido la economía de estas tierras, la han hecho crecer y han dado trabajo a los de aquí y a los de fuera.
(Foto de la izquierda, Fábrica Hispano Suiza de 1906)
Durante la primera mitad del siglo XIX, Cataluña, a pesar de excasez o nulos recursos naturales, fue una de las regiones europeas pionera en industrializarse y una de las pocas del sur de Europa junto con el norte de Italia. Esa industrialización modernizó el país y lo impregnó de una cultura del trabajo que la diferenció del resto de la Península.
A falta de una industria metalúrgica fuerte, instalada en el Pais Vasco, los industriales catalanes se concentraron principalmente en la industria textil, que se convirtió en el sector dominante. A mitad del siglo XIX, Cataluña concentraba el 95% del textil algodonero, el 63% del lanero, el 55% del sedero y el 44% del linero de España.
1910- Fábrica textil.
1914 - Fábrica de juguetes.
A pesar de la hegemonía del textil, la cultura industrial implantada en la sociedad catalana favoreció la implantación de todo tipo de sectores industriales que, por su parte, se convirtieron en los principales productores de la Península fuese cual fuese el campo elegido.
Como remate, para que veamos que "el tema" viene de lejos, esos industriales catalanes tuvieron que invertir en la construcción de líneas de ferrocarril para poder dar salida a sus productos. En el resto de España, cuando llegó el momento, la inversión fue a cargo del Estado.
Y otros:
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