Los paneles de cerámica que presiden la fachada son referencias a símbolos patrióticos de Catalunya. El gran plafón que corona el edificio representa un reloj de sol con una imagen de Sant Jordi con la inscripción "Sant Patró de Catalunya torneu-nos la llibertat" (Santo Patrón de Cataluña, devuélvenos la libertad) y otros elementos patrióticos y religiosos. Un ejemplo del nacionalismo que impregna a menudo el modernismo catalán.
En 1976, como tantas otras obras modernistas, fue declarada Monumento Histórico Nacional. En 1980 se realizó una reforma completa del edificio y en 2004 de vendió por 25 millones de euros. Como ya he mencionado antes, al ser de propiedad privada, el interior de la casa no puede ser visitado, aunque el pasado verano se abrió la azotea para que los turistas visitasen el hall, las escaleras y la mencionada azotea.
Espero que los fotos siguientes os puedan dar una idea de como es en su interior.
Tribunas y la torre esquinera, la más alta de las cinco.
Portería y escalera de acceso
Escalera a la torre más alta.
Azotea
Gozne puerta entrada a las viviendas
2013
Mi madre recuerda que de pequeña, cada vez que pasaba por delante, y como vivía muy cerca era muy a menudo, me lo quedaba mirando y lo llamaba 'el castillo de la princesa'; además, decía que cuando me casase yo viviría allí. Cosas de niñas... Allí no vivió nunca una princesa y cuando me casé -con el que resultó no ser mi príncipe azul- opté por la zona del Turó Parc donde residía toda mi familia 'política' y por donde me había movido durante mi adolescencia y juventud.
Familia política... ¡que anticuada pero exacta definición!
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