La construcción del Dipòsit de les Aigües (Depósito de las aguas) la proyectó en 1874 el maestro de obras Josep Fontserè, arquitecto encargado de la rehabilitación de la antigua ciudadela militar, y de todo su entorno, para convertirla en el parque que es en la actualidad.
La primera anécdota: el entonces joven estudiante de arquitectura, Antoni Gaudí i Cornet, fue el encargado de hacer el cálculo estático del conjunto del depósito y de los elementos de apoyo.
Se concebió como una estructura tradicional y se descartó la moderna técnica –en aquellos momentos– de los pilares de fundición, debido a las enormes cargas que debía soportar el depósito y a su gran altura.
Josep Fontserè i Mestre proyectó un edificio-depósito, de 6.000 m2 de superficie, que debía servir para suministrar el agua del Parc de la Ciutadella y alimentar la cascada monumental.
Fontseré ideó una estructura que coincide casi exactamente con la piscina romana de Mirabile de Bocoli cerca de Nápoles, que constituye un verdadero laberinto de arcos paralelos que se levantan hasta 14 metros de altura, y en la parte superior de los mismos se ubica el depósito de agua para conseguir la presión para la red de agua
Fontseré ideó una estructura que coincide casi exactamente con la piscina romana de Mirabile de Bocoli cerca de Nápoles, que constituye un verdadero laberinto de arcos paralelos que se levantan hasta 14 metros de altura, y en la parte superior de los mismos se ubica el depósito de agua para conseguir la presión para la red de agua
La construcción data de 1876. En el año 1880, año en el que finalizaron las obras, su planta baja se destinó a depósito de la Comissió Especial de Consums; en 1888 se rehabilitó como Pavelló de la Minería de l'Exposició Universal, y mas adelante, sucesivamente, fue almacén del Parc de Bombers, Arxìu del Palau de Justícia, servicio de seguridad ciudadana y sede de de un asilo de indigentes, enfermos mentales y huérfanos.
En 1992, después de comprar el edificio al Ajuntament de Barcelona por 1.366 millones de pesetas, la Universitat Pompeu Fabra comenzó las obras para convertir el antiguo depósito de aguas en una moderna biblioteca universitaria, con 600 puestos de lectura y 300.000 volúmenes de consulta. Los trabajos han respetado escrupulosamente el espíritu inicial de Fontseré. Se han abierto cinco claraboyas para dotarle de mas claridad natural y se ha reducido la capacidad del depósito de agua, que se ha convertido en una gran balsa, de escasa profundidad de caracter histórico-testimonial.
1955
1963 - al fondo el Parc de la Cuitadella
2012- Vacío y lleno de agua y... ¡gaviotas!
Por último, la segunda anécdota: se dice que el Alcalde Porcioles -colocado como alcalde de esta ciudad por Franco desde 1957 hasta 1973 y artífice del recrecimiento de edificios que tantas barbaries arquitectónicas ocasionó- iba todos los sábados con su nieta a remar en el 'estanque' de ese edificio desde el que le mostraba y él admiraba 'la gran Barcelona' de sus sueños.
2 comentarios:
Muy interesante, hace años que voy a estudiar allí, y cuando abra tras las restricciones por el covid quiero enseñarsela a mi hija mayor que dice que se parece a la escuela de Harry Potter
Muy chulo tu blog, te felicito
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