La Colonia Güell es una pequeña colonia obrera situada en el término municipal de santa Coloma de Cervelló, en el Baix Llobregat (Barcelona), que está considerada como uno de los referentes para estudiar la arquitectura de Antoni Gaudí, además de ser uno de los conjuntos modernistas más importantes de Cataluña.
A diferencia de la gran mayoría de colonias industriales que se prodigaron por toda Cataluña, Eusebo Güell, procuró mejoras sociales para los trabajadores, aplicó su condición de mecenas de la cultura y dotó a la Colonia Güell de equipamientos culturales y religiosos, e incorporó la corriente modernista a las nuevas construcciones.
Destaca especialmente la iglesia diseñada por el propio Antoni Gaudí, inacabada pero que asienta las bases de lo que sería la Sagrada Familia de Barcelona.
La colonia comenzó a formarse, o edificarse, en 1890 en la finca Can Soler de la Torre, propiedad de Eusebo Güell y allí trasladó la industria textil que tenía ubicada en Sants (Barcelona), con ello pretendió alejarse de los conflictos sociales presentes en la ciudad en esa época.
El proyecto de colonia obrera ideado por Güell disponía de hospital, fonda, escuelas, comercios, teatros, cooperativa y capilla, además de las fábricas y las viviendas de los obreros.
La casa del médico de Francesc Berenguer
La casa del maestro de Joan Rubió
Gaudí se encargó de la planificación del conjunto y contó con la colaboración de sus ayudantes Francesc Berenguer, Joan Rubió y Josep Canaleta. Él se encargó del diseño de la iglesia, de la que sólo se construyó la cripta, ya que a la muerte del conde Güell, en 1918, sus hijos abandonaron el proyecto.
La cripta de lo que tenía que ser una iglesia parecida a una pequeña Sagrada Familia supone un punto culminante en la obra creativa de Gaudí, que incorporó, por primera vez de forma unitaria, la práctica totalidad de sus innovaciones arquitectónicas, como los arcos de catenaria, el uso de muros exteriores con forma de paraboloides hiperbólicos, el tratamiento dinámico y fluido del espacio interior o los mecanismos de fusión del edificio con el medio natural.
La cripta de Antoni Gaudí
Pero el movimiento sindical y las reivindicaciones obreras también llegaron a la colonia y con el inicio de la Guerra Civil la fábrica fue colectivizada y gestionada por sus trabajadores. Acabada la guerra fue restituida a la familia Güell, la cual en 1945 la vendió a la familia Bertrand Serra.
Los años siguientes, la Colonia mantuvo la producción industrial y la personalidad de núcleo urbano bien diferenciado del pueblo de Santa Coloma de Cervelló y aún hoy constituye un núcleo urbano con personalidad propia, aunque su vida social y económica ya no está tutelada por ninguna empresa.
La Colonia Güell está considerada un referente dentro del conjunto de colonias industriales existentes. Destaca por el hecho que posee una buena muestra del estilo modernista aplicado al ámbito de la arquitectura civil e industrial.
En la Colonia Güell aparecen los indicios más característicos de este movimiento. De un lado la utilización del ladrillo visto como reivindicación de una arquitectura popular y tradicional catalana, y por otro, la incorporación de nuevas técnicas y nuevos materiales constructivos como el hierro o la cerámica.
La fábrica cerró en 1973 dentro de una crisis generalizada del sector textil produciendo un fuerte impacto social en la Colonia. En los años posteriores la propiedad se fue vendiendo: la fábrica en fracciones a empresas diversas, las casas a sus habitantes y los equipamientos y terrenos del entorno a instituciones públicas.
Gracias a la riqueza patrimonial del conjunto, en 1991, la Colonia Güell fue declarada Bien de Interés Cultural y se estableció la protección de los edificios más relevantes, así como de las características generales de edificación.
En el año 2000 comenzaron las obras de restauración del recinto industrial para convertirlo en un parque de negocios.