Las "auques de rodolins", en castellano denominadas "aleluyas", tuvieron un gran auge en Catalunya y Valencia. Su forma más característica era la de una hoja grande de papel dividida en, generalmente, 48 viñetas que representaban una historia completa.
Estos dibujos estaban acompañados por versos octosílabos y pareados muy facilones, muchas veces humorísticos o satíricos, que aparecían al pie de cada recuadro. Las más antiguas carecían de pareados (rodolins) y el recitador era quien tenía memorizados los versos que correspondían a cada viñeta.
Estos dibujos estaban acompañados por versos octosílabos y pareados muy facilones, muchas veces humorísticos o satíricos, que aparecían al pie de cada recuadro. Las más antiguas carecían de pareados (rodolins) y el recitador era quien tenía memorizados los versos que correspondían a cada viñeta.
(Foto de la izquierda de 1905, cerca del mercado de Sant Antoni.)
Algunos historiadores basan su aparición en el siglo XV y a la entrega de estampas religiosas que se repartían entre pueblo el Sábado Santo.
Durante el siglo XIX llegó el esplendor de las aucas o auques. Los temas se ampliaron y fueron muy variados, como el calendario (Calendario popular de fray Polipodio), la moral (Vida de la mujer buena y de la mala), religiosos (Vía Crucis), históricos (Guerra de Cuba), educativos, taurinos, de sucesos, etc... Más tarde pasaron a formar parte hasta a la publicidad o recuerdo de un local; actualmente están en completo desuso.
1890
1923
1945
Las aucas eran presentadas por los auquers -recitadores-, que las llevaban por diversas poblaciones y solían contarlas en mercados, en las entradas de los pueblos, ante las iglesias y, en general, donde hubiera concentración de personas que se agolpaban a su alrededor para escuchar la historia.
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