Entre las losetas que formaban parte del pavimento de las aceras de Barcelona, existían las que incorporaban las letras que formaban el nombre de la calle y que, oportunamente alineadas, permitían saber donde estabas. Cumplían con la función de señalización horizontal y se colocaban frente a los pasos de peatones, en la línea anterior al bordillo de las aceras, lo que permitía identificar a los barceloneses muchas de las nuevas calles que en aquel momento iban apareciendo más allá del centro histórico.
La primera normativa sobre la obligatoriedad de incluir esas losetas en las calles de nueva construcción data de 1916.
Ese año el Ayuntamiento decretó que "... los particulares y constructores que a partir de la fecha de aprobación del presente acuerdo soliciten construir o reconstruir aceras, acogiendo a los beneficios acordados por V. E. en Consistorio de 10 de Agosto de 1914, en cuanto a Interior, y de 16 de Noviembre y 21 de Diciembre de 1911, 18 de Julio de 1912 y 16 de Octubre de 1913, con respecto a las zonas de Ensanche, se les imponga como obligación la de que en las aceras correspondientes a las casas que hacen esquina o chaflán, se ponga el nombre de la calle respectiva, mediante losetas que lleven grabada una letra cada una, de conformidad con el adjunto croquis, si el pavimento es de losetas y grabado en el mismo el nombre correspondiente en las líneas perimetrales de las esquinas o chaflanes, en el caso de ser monolíticas” lo que con remisión del croquis de referencia, comunico a v. a efectos consiguientes”.
Este tipo de señalización en base a las losetas del pavimento se mantuvo hasta los años 60. Sin ser abolida la normativa, estas losetas comenzaron a dejar de ponerse y ya en los 70, las existentes, a quedar incompletas gracias a las reparaciones de las aceras y chaflanes.
Actualmente, aún podemos ver algunas palabras incompletas en algunas bocacalles y en algún lugar, como las calles Londres, Paris, Mandri o Murcia hasta se puede leer el nombre al completo, hecho que nos devuelve a la Barcelona del siglo pasado.
Y ya metida en pavimentos, el más común utilizado en las aceras de la ciudad es el llamado Rosa de Barcelona. Junto con las soletas señalizadoras, fue introducido en las calles del Eixample a partir de 1916, fecha en que la casa Escofet, dedicada a los pavimentos de cerámica, ganó un concurso destinado a este hecho con la presentación de cinco modelos diferentes de pavimentos.
Y ya metida en pavimentos, el más común utilizado en las aceras de la ciudad es el llamado Rosa de Barcelona. Junto con las soletas señalizadoras, fue introducido en las calles del Eixample a partir de 1916, fecha en que la casa Escofet, dedicada a los pavimentos de cerámica, ganó un concurso destinado a este hecho con la presentación de cinco modelos diferentes de pavimentos.
Con el paso de los años, este pavimento, con forma de flor, es él que
mejor ha resistido el paso del tiempo hasta llegar a convertirse en un
icono de nuestra ciudad. Una muestra de su
popularidad nos lo demuestra el hecho de que podemos encontrarnos desde jabón a bombones y pastillas de
chocolate elaboradas con dicha forma.
Los modelos procedentes de esa época que podemos encontrar en los distintos barrios de Barcelona son cinco : flor, cuatro redondas, pastillas de chocolate, circunferencias concéntricas y rombos con cuatro círculos, pero los más utilizados son la rosa y las circunferencias concéntricas; a los que se han ido uniendo nuevos diseños para nuevos barrios y cabe destacar el pavimento octogonal exclusivo del Paseo de Gracia y diseñado por Antoni Gaudí, del que se han hecho también tabletas de chocolate, posavasos, cuadros y hasta bolsos de souvenir. Cosas del marketing turístico y del turismo que, dicho de paso, ¡bienvenido sea!
Escaparate tienda del Paseo de Gràcia.
1 comentario:
Em crida l'atenciò la foto de dalt. Això és Diagonal Londres i ... Els cotxes aparcats damunt les voreres? Pels models de turismes la foto deu ser dels 60, no?
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