Hace un mes, el Ayuntamiento de Barcelona aprobó la suspensión durante un año de las licencias de obras y de actividades para congelar las transformaciones o actuaciones urbanísticas que se pretendían llevar a cabo sobre ciertos comercios emblemáticos de la ciudad.
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Según informaba 'La Vanguardia', esta medida, que evitará que se "desmantele o desvirtúe" este tipo de establecimientos, engloba tantos las licencias de obras como las de actividad "en todos sus regímenes", pero "no invalida que se autoricen actuaciones de mantenimiento o mejora siempre y cuando se respeten los elementos patrimoniales" del interior y el exterior del local.
La suspensión de licencias pretende preservar aquellos comercios singulares o catalogados que "aportan carácter e identidad y configuran el modelo de comercio de proximidad barcelonés".
La mayor parte de los 389 comercios están ubicados en El Eixample y en Ciutat Vella, aunque también hay tiendas protegidas en los núcleos de los antiguos pueblos anexionados a Barcelona, como Sant Andreu, Horta, Sant Martí o Gràcia.
El Plan Especial pretende reducir el número de cierres que ha habido en los últimos meses por varios motivos, como el precio del alquiler y la falta de relevo generacional, como Juguetes Monforte -que abrió en 1840 en la plaza Sant Josep Oriol y cerró en enero- o El Palacio del Juguete, que se ha trasladado desde su sede de Portal de l'Àngel (1936-2013) hasta un local cercano en la calle dels Arcs, porque no podía pagar la actualización del alquiler; o la amenaza de cierre del Colmado Quilez, la camisería Deulofeu de la Plaza Sant Jaume, la chocolatería Fargas del carrer Ferran, la tienda de tejidos El Indio o la filatelia Monge, que tendrán que cerrar en aplicación de la LAU y el desmesurado aumento de sus alquileres.
Para mí la medida llega tarde, ya que han sido muchos los desaparecidos, pero espero sirva para no tener que ver a un vulgar McDonald, o a otro Zara, instalados -y destrozando- esos comercios emblemáticos que forman parte de la historia y cultura de esta ciudad. Ante esto, bienvenida sea la medida.
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