La Exposición Universal de Barcelona tuvo lugar entre el 8 de Abril y el 9 de Diciembre de 1888.
Además de la sección oficial, concurrieron un total de 22 países de todo el mundo. Durante esos 6 meses recibió unos 2.200.000 visitantes; cifra muy importante para la época si tenemos en cuenta que el censo de barceloneses estaba lejos de llegar a las 200.000 personas.
La exposición se llevó a cabo en el Parque de la Ciudadela, la antigua "Cuitadella" que había pertenecido al ejército y fue devuelta a la ciudad en 1868.
Las obras de la exposición supusieron la rehabilitación de toda una zona -el barrio de La Ribera- hasta entonces nada valorado por el pueblo barcelonés por haber estado enclavada allí 'La Cuitadella', construida por Felipe V para castigar y controlar la ciudad rebelde. Esa construcción y esa zona eran el símbolo de la represión borbónica, prisión, lugar de castigo y crímenes a lo largo del siglo XIX; por eso era odiada por los barceloneses que denostaban una zona desde la que, los militares, habían ejercido la represión sobre la ciudad en numerosas y demasiadas etapas de nuestra historia.
El 20 de mayo de 1888, la reina regente María Cristina y Alfonso XIII presidieron la ceremonia de inauguración de la gran Exposición Universal, que llevaba casi dos meses abierta, en el salón del Palacio de Bellas Artes, hoy desaparecido.
Vista general de parte del recinto ferial.
Además, el incentivo de los actos feriales, esta 'expo' conllevó la mejora de las infraestructuras de toda la ciudad, que dió un enorme salto hacia la modernización y el desarrollo; también supuso el perfecto banco de pruebas de un nuevo estilo artístico, el modernismo, que hasta principios del siglo XX fue el que imperó en casi todas las nuevas construcciones de la ciudad encargadas por la burguesía catalana; lo que dejó obras de gran valor artístico y monumental, convirtiendo a la ciudad en la "Barcelona modernista" -junto con la parte gótica- que es el estilo que define a esta ciudad.
La muestra se clausuró el 9 de diciembre. El balance, a pesar del razonable déficit económico –unos nada desdeñables 6 millones de pesetas– fue positivo gracias al gran número de visitantes y se consideró un acontecimiento histórico ya que contribuyó al inicio de la proyección internacional de Barcelona como ciudad industrial y burguesa. Al mismo tiempo, comportó un incremento de la entidad catalana en el marco de una sociedad todavía encogida por las distintas represiones, pero que empezó a crecer socio-culturalmente, tal y como muchos testigos coetáneos manifestaron en numerosas ocasiones. Hoy, esa exposición simboliza el nacimiento de la ciudad moderna que es ahora Barcelona.
Estas son algunas de las obras y pabellones que se construyeron para la ocasión y de las que no queda ni una sola en pié. Salvo el estanque de La Cuitadella -foto que encabeza la entrada-, el Arco de Triunfo -que era la entrada al recinto-, obra de Josep Vilaseca; el actual Museo de Zoología, obra de Lluís Domènech i Montaner; y el antiguo restaurante, conocido popularmente como el ‘Castell dels Tres Dragons’, obra del mismo arquitecto. El resto, los años se encargaron de hacerlos desaparecer.
Hotel Internacional, derribado al año siguiente.
2 comentarios:
Dovel, la foto nº6, la que està sobre el pavelló d'Aigües Azoradas, no estava al recinte de la fira. Crec que és el cim del Tibidabo, el que no sé és si a l'any 1888 ja estava així. Penso que aquesta foto és posterior a l'exposició.
Mira-ho, jo també vaig a veure si trobo alguna cosa que ho aclareixi i t'ho dic.
Gràcies, Maurici, tens tota la raó. Era el cim del Tibidabo. Ja, ja, ja.
I l'altra que he aixecat corresponia a l'exposició de 1929. Això em passa per haver ficat a sac les fotos dins d'un cd. Sóc un desastre!
Avís: Hi hauràn més, conto amb la teva ajuda.
Gràcies i salutacions,
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