En 1850 Barcelona tenía ya 83.000 habitantes y seguía rodeada de murallas lo que imposibilitaba su expansión. La cuidad necesitaba crecer y solo lo podía hacer a lo alto, es decir subiendo pisos a los edificios ya construidos.
En aquella Barcelona de callecitas estrechas y laberínticas faltaba espacio e infraestructuras pero la obsesión defensiva -desde 1714- de la ciudad, prohibía que se construyese más allá de lo que pudiese alcanzar un tiro de cañón. El resultado, las condiciones higiénicas eran pésimas, las casas tenían poca ventilación y la esperanza de vida estaba cifrada en los 36 años para los más ricos y en 23 para los más humildes. Casi como en parte del actual continente africano.
Nueve años antes, en 1841, el Ajuntamiento de Barcelona convocó un concurso para el desarrollo e higienización de la ciudad, que ganó el doctor Pere Felip i Monlau, médico higienista autor del trabajo "Abajo las murallas, Memoria acerca de las ventajas que reportaría a Barcelona y especialmente a su industria la demolición de las murallas que circuyen la ciudad" en el que se pedía la urgente expansión hacia los ríos Besós y Llobregat.
La difusión del proyecto, junto al malestar general, provocó que el 26 de Octubre de 1842, el pueblo comenzase a derribar parte de la Cuidadela (*), hecho que hizo que el General Espartero bombardease Barcelona desde el Castillo de Montjiuc y ordenase la reconstrucción de La Ciudadela con un coste de 12 millones de reales para la ciudad.
Las negociaciones con el gobierno de España, que no aceptaba tirar abajo las murallas ni La Ciudadela, se sucedieron durante 11 años y en 1853, un año antes de conseguir la autorización y de dar comienzo al derribo, tramo a tramo, de las murallas que encerraban a Barcelona, el Ayuntamiento dio comienzo a la siguiente etapa creando la "Comissió de les Corporacions de Barcelona" -convertida años más tarde en la "Comissió de l’Eixample"- que durante la larga etapa de espera fue estudiando distintos proyectos para la apertura de la ciudad.
1850
1855
1860 - Barcelona vista desde Montjuic y rodeada por la muralla
El 8 de Julio de 1860 el Ministerio de Madrid 'ordenó' -por fin- la ejecución del Plan Cerdá, el elegido por la comisión, y el 4 de Septiembre del mismo año, la reina puso la primera piedra de la primera casa de l'Eixample, la de Manel Gibert en la Plaza Catalunya.
Barcelona empezó a crecer y... ¡a poder respirar! Solo le había costado 19 años de 'negociación' y un bombardeo.
(*) Nota: En 1714, después de la derrota de Barcelona por las tropas franco-castellanas de Felipe V, se obligó a los barceloneses a derribar 3000 viviendas para construir la Ciudadela militar, de ahí que ante los problemas de salubridad y espacio de la ciudad, en 1842, el pueblo empezase por demoler esas instalaciones. "Hi havia un valor o motiu afegit!"
(*) Nota: En 1714, después de la derrota de Barcelona por las tropas franco-castellanas de Felipe V, se obligó a los barceloneses a derribar 3000 viviendas para construir la Ciudadela militar, de ahí que ante los problemas de salubridad y espacio de la ciudad, en 1842, el pueblo empezase por demoler esas instalaciones. "Hi havia un valor o motiu afegit!"
Hace una semana metí el hocico en este nuevo blog que has abierto. Debo decirte que ha cambiado mucho.
ResponderEliminarTe lo estás currando, ya que antes eran todo fotos y ahora incluyes textos muy interesantes como por ejemplo este.
Debo ser sincero, no tenía ni idea de lo mucho que nos costó salir de nuestras murallas, ni me había preocupado en saber por qué nos bombardeó Espartero.
Tu frase final da mucho en qué pensar "19 años de negociación y un bombardeo para poder respirar"... ¿nos está pasando un poco lo mismo 153 años después?
Te felicito por la labor de información sobre una época tan lejana como cercana, tanto en el plano superficial como en el contexto histórico.
Perquè ara diguin que ens adoctrinen a l'escola, jo vaig estudiar en català, però mai em van explicar aquesta història.
ResponderEliminarSé qui va ser Espartero, un altre cabdill nacionalespañolista i una mala bèstia, però desconeixia que el bombardeig fos causa de que els barcelonins tiressin la presó de la Ciutadella avall. Creia que el motiu havien estat les vagues.
Estic amb el comentari anterior, han passat 150 anys i seguim demanant permís per no ofegar-nos i no morir podrits. Quines coses!
Bon blog. Salutacions.
El que es desprèn d'aquest post és la mania persecutòria que ha mantingut des de sempre el govern central.
ResponderEliminarEs diu aviat! Dinou anys negociant que la ciutat pogués créixer, cosa que mai han volgut.
I no han canviat, fixeu-vos el que ha fet la dreta reaccionària d'aquest país, potenciar el port de València en detriment del de Barcelona o la política de vols internacionals respecte al Prat; encara que de poc els ha servit. Per més traves que ens hagin posat o posen, com el corredor del Mediterrani, sempre hem seguit al capdavant del país i així seguirem.